El dolor es una importante señal de alarma. Es la señal que nos informa que algo no anda bien en alguno de los sistemas del organismo. Ha sido calificado como “el guardián de la salud”. Sin embargo, cuando el dolor se hace intenso y recurrente, llega a menoscabar todos los aspectos de la vida normal de una persona.
Cuando el dolor se convierte en un problema
Cuando un dolor se prolonga durante un largo periodo de tiempo, aunque sea ligero, puede resultar insoportable e impedir a la persona continuar su vida normal. A este cuadro hay que añadir el estrés que genera un dolor crónico. Este estrés empeora aún más los dolores crónicos y cierra así su ciclo desestabilizador.
Un dolor puede llegar a ser desgarrador, anonadante y realmente terrible; cada individuo lo experimenta de una manera personal, que le es propia, única y exclusiva, ya que la percepción del dolor es siempre personal y variable.
Dolor de rodilla, de tobillo, cervical, de hombro, abdominal, entre otros, y entre todos el más habitual y quizás más limitante, el dolor en la región lumbar.
Lumbalgias
La distensión de la región lumbar a menudo está asociada con desequilibrios biomecánicos de pies y piernas. Una pierna más corta que la otra puede crear problemas en la espalda, al igual que los pies con arcos plantares desiguales.
Una pierna acortada absorbe mayor trabajo cuando se corre o camina y acentúa los peligros de producir una sobrecarga o una lesión lumbar y en la cadera.
La debilidad o distensión de los músculos abdominales es la principal culpable de las lumbociáticas, principalmente en los deportistas y personas mayores. Hay que tener presente que el abdomen es la parte frontal de la espalda y por lo tanto, no puede existir una zona lumbar saludable sin unos abdominales mínimamente tonificados.
La lumbalgia crónica, se manifiesta en forma de dolorimiento y rigidez lumbar intermitente que se acentúa con determinadas actitudes de flexión del tronco, obliga a un lento enderezamiento, aumenta el dolor con el esfuerzo y calma con el reposo. En cuanto a la movilidad lumbar, ésta suele estar habitualmente limitada.
La lumbalgia aguda, puede presentarse en una persona que ya padece una lumbalgia crónica, o bien, ser la primera manifestación de un padecimiento lumbar. Aparece en forma de crisis de contractura y dolor intensos, con frecuencia después de un esfuerzo físico. El dolor es limitante para la persona que lo padece y supone dificultad para recuperar un posicionamiento normal.
La ciática
Una de las lesiones lumbares más frecuentes es la ciática. Ciática significa que el nervio ciático se ha inflamado. Este largo nervio, que comienza en la región lumbar, parte de la columna vertebral, desciende por la cara inferior del muslo y la pierna y termina finalmente en la punta de los dedos. Cuando se produce una lesión en la región lumbar, el dolor recorre el camino de este nervio. Puede asociarse dolor o entumecimiento en cualquier parte de su recorrido, en el talón o en el dedo gordo del pie, de entre otros puntos posibles.
Tratamiento del dolor de espalda
Como el dolor de espalda es difícil de abordar, yo propongo un tratamiento multidisciplinar, basado en la combinación de técnicas biodinámicas y biomecánicas, desarrolladas con base académica y mejoradas como especialidad propia, gracias a mi experiencia tras largos años, que avalan su efectividad y resultados, no comparables con otras técnicas.
Mi práctica tiene como principio y se sustenta en la premisa de que cada uno de nosotros somos bioquímicamente únicos y es por lo tanto de vital importancia que cada persona reciba los estímulos y se le apliquen técnicas totalmente personalizadas (se pueden usar tecnicas tan diversas como la osteopatía, el quiromasaje o el Método Tradicional Chino (M.T.C.); juntas o combinadas). Ya que hay que comprender que lo que resulta efectivo para una persona puede no dar los mismos resultados con otra.