Toda forma de materia está regulada por tres campos electromagnéticos: positivo, negativo y neutro. Un exceso de una de estas cargas o un defecto de otra, produce un desequilibrio que afecta a las tres.
Los planetas girando en torno al sol, al igual que los electrones y los protones haciéndolo alrededor de un núcleo de un átomo, son expresiones de la materia en acción y de la armonía e interacción de estas cargas eléctricas para que se produzca este maravilloso equilibrio. Traslade esta similitud del movimiento en el universo grande, al igual que lo es en el pequeño, dígase, por ejemplo, en las células de un ser humano.
La búsqueda de la salud y de la longevidad ha sido y es una de las eternas preocupaciones de la humanidad. La respuesta a esta búsqueda solamente se encuentra tras sondear profundamente dentro de nuestro ser.
Las enfermedades de la mente y del cuerpo están acompañadas, o incluso producidas, por desequilibrios del campo de energía electromagnética de la propia persona y en relación con la interacción en su entorno. Cuando este flujo energético se equilibra, vuelve a su estado natural, entonces empieza de nuevo a fluir conjuntamente y correctamente, revitalizando el cuerpo y permitiendo que se inicie la curación. Para lograr el mencionado equilibrio podemos usar la técnica del Par Biomagnético, o también denominado Biomagnetismo. Si desean más información sobre esta técnica, pueden consultar el siguiente enlace:
Biomagnetismo y Par biomagnético
Un organismo sano depende pues, de su capacidad de mantener o corregir la fluidez de sus circuitos de energía.
Nuestra mentalidad busca pruebas y cifras antes de aceptar una realidad, que viene atestiguada por la experiencia de millones de personas a través de la historia. Por esta razón, la relación entre el equilibrio energético y el bienestar psico-inmuno-neuro-endocrinológico, ha sido objeto de estudios clínicos, cuyos resultados han confirmado las hipótesis empíricas.
Se sabe que nuestro estado mental, emociones en general, felicidad, decepciones, cólera, amor y desamor, son capaces de influir sobre el cuerpo y su salud. Es fácil comprender pues, que los mecanismos de comunicación entre el cerebro y ciertas funciones fisiológicas, endocrinas y biológicas, tienen efectos saludables o dañinos sobre el plano psicológico, anímico, biológico y físico, según como sea la naturaleza de su percepción.
¿REFLEXIÓN O TRADICIÓN?
Nadie dudó nunca, nadie preguntó nunca. La tradición es algo sagrado que no se cuestiona ni se ataca: se acata. Si así se había hecho siempre, por algo sería. Así se hacía, siempre se había hecho y así se haría.
Y así siguió haciéndose hasta que un día alguien, no se sabe quién, quiso ver la orden original. Hizo falta revolver a fondo los archivos y, después de mucho hurgar se encontró: ¡hacía treinta y un años, dos meses y cuatro días que un oficial había mandado montar guardia junto al banco, que estaba recién pintado, para que a nadie se le ocurriera sentarse sobre la pintura fresca!…
PENSAMIENTOS Y ACTITUDES.
El cultivo de un estilo positivo del pensamiento es la clave de la salud y la felicidad. Los pensamientos deben fluir libremente y en armonía con la naturaleza (nuestro entorno) para conseguir la paz y la felicidad.
El temor, los pensamientos negativos, la ansiedad, el estrés, crean enfermedades al alterar el flujo de energía vital en el interior del organismo. Al transmutar o eliminar los pensamientos negativos y convertirlos en positivos aumentará tu bienestar físico y mental.
Hipócrates, el padre la medicina, decía que: somos lo que comemos. En sentido energético, somos lo que pensamos. Si estás enfermo, o si tu vida no se manifiesta como planeas, debes averiguar el porqué y RECUPERAR EL CONTROL DE TU VIDA. No debes culpar a otras personas o circunstancias de tu entorno, ya que esto lleva a confusión y desarmonía.
Por todo lo visto, se puede afirmar que, todas las enfermedades y su curación se inician o se acompañan en otros casos, en la mente. Un cuerpo sano es el reflejo de una mente sana. Ambos son inseparables.